Leo fue sentenciado a morir en la perrera.
Cuando fuimos a conocerle sólo mostró una cosa, el amor que podía dar.
Lleva con nosotros casi un año, un año en el que ha demostrado ser un perro sociable, hiper cariñoso con personas y muy obediente.
Tiene un carácter espectacular, pero desgraciadamente pocas personas se fijan en eso y su físico está siendo su condena.
Es adulto, atigrado y con las orejas mal cortadas y esto le hace invisible.
Una pena que nadie vea lo que nosotros vemos en ti.
LEO 🖤
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