Michone llegó en muy malas condiciones, con la piel en muy mal estado y muchas heridas, tenía toda la pinta de haber sido usada para pelea.
Es un amor de perrita. Cuando llegó tenía miedo y le costaba mucho confiar en la gente. Ahora ha mejorado, nos sigue allá donde vamos y si está lejos, no nos pierde de vista.
La llamamos por su nombre y ya responde, nos mira y nos mueve la coleta muy contenta.
Es tranquilona, sale de la jaula y se tumba en una esquina del albergue. Con otros perros no tiene problema, comparte jaula con Flufer y, además, sale a pasear con todos los del albergue, si van muy bruscos hacia ella se asusta.
Con la correa pasea regular, sabe pasear con ella pero le da miedo y tenemos que tirar un poco para que quiera andar.