Me abandonaron a mi suerte en la perrera de Cordoba, era muy pequeñita, pero por ser una gatita carey nadie me quería, pasaron los días y decidieron que no podía seguir más tiempo allí ocupando sitio... Ya estaba en el corredor de la muerte cuando una señora me sacó de aquel infierno y me envió a Lara.
Aquí estoy calentita y bien alimentada, pero quiero tener una casita propia con una familia que quiera.
Contacto: adopciones@asociacionlara.org
691598283