Gandalf llegó a nosotros con una herida muy fea en su pata trasera. Tenía infección y le producía molestia, por lo que tuvimos que tenerlo en tratamiento y curas para que mejorase.
Como veis, ya está perfecto y listo para encontrar una familia.
Cuando llegó tenía mucho miedo, pero a la vez le producíamos curiosidad. Con el paso de los días nos ganamos su confianza y a día de hoy es un gatito simpático y juguetón.
Comparte jaula con Brave, y son inseparables. Se quieren mucho y se pasan el día jugando.
Es por esto que Gandalf no tendría problema en compartir casa con otros gatos, y con la edad que tiene, puede acostumbrar también a otro tipo de animales.