Kin fue encontrado en mitad de un descampado junto a sus hermanos Hodor y Orwel.
Vinieron desnutridos, pues eran muy pequeños y apenas podían comer por ellos mismos.
Los primeros días tuvimos que darle paté con jeringuilla hasta que se animaron a comer ellos solitos.
Cuando abrimos la puerta intentan salir a saludarnos lo más rápido posible, pero enseguida vuelven porque saben que es la hora de la comida.
Kin es simpático y aventurero, no parece tenerle miedo a nada, no duda en investigar zonas nuevas.
Es cariñoso y tranquilo, le gusta estar en brazos y que le den mimos.
Puede convivir con otros gatos sin problema, y al ser tan pequeño, podría acostumbrarse a vivir con otro tipo de animales.