NACIMIENTO: 20/08/2018
RESCATE: Agosto de 2018
RAZA: Mestizo
PESO: 21,4kg
ESTERILIZADO: sÍ
CARÁCTER: Cariñoso y enérgico. Con problemas
de conducta
COMPATIBILIDAD CON GATOS: No compatible
COMPATIBILIDAD CON OTROS PERROS: Sociable pero con cuidado en los
primeros contactos
LEISHMANIA: Negativo
La historia de Rocky debería titularse “A la tercera va la vencida”.
ROCKY fue encontrado en una bolsa de plástico, en medio del campo, cuando apenas tenía unos días de vida. Él y dos cachorros más (uno no sobrevivió). Después de sobrevivir de forma casi milagrosa encontramos una familia para él.
En un gran descuido, nuestro pequeño fue atropellado por un coche, tuviendo que ser intervenido en un hospital veterinario de una pata.
Pero la vida, o mejor dicho, el ser humano, volvió a tratar mal a nuestro pequeño. Las cosas en casa cambiaron y mucho. Entraron problemas muy serios y Rocky ya no era el niño mimado, pasó a un segundo plano hasta convertirse en un perro no querido con muchas deficiencias y necesidades y algún que otro palo.
Apenas le sacaban a pasear y eso además, en un perro tan enérgico como él, supone un gran problema tanto físico como psicológico. Al no poder
desfogarse, desarrolló una gran ansiedad y la familia lo solucionó teniéndole atado en su propia casa, cosa que por supuesto agravó el problema.
Cuando lo recogimos, nos encontramos con un perro muy desequilibrado y con miedos. Rocky es un juguete roto.
Rocky por fin está a salvo, pudimos ver que tenía secuelas tales como ansiedad y miedo a ciertas personas, sobre todo a los hombres.
Poco a poco ha ido cogiendo confianza y, aunque no la ha recuperado del todo, sí ha habido un gran cambio.
Se ha vuelto un perro muy, muy cariñoso y eso es justamente lo que necesitaba, cariño y estabilidad. Pero aún muestra desconfianza con los desconocidos, desconfianza que se está trabajando en la actualidad con un educador canino. Necesita sanar esas heridas psicológicas y prepararse para una vida en familia. Es un paso muy necesario para Rocky y lo está haciendo muy bien, pero necesita más tiempo y la familia que lo adopte tendrá aún que contar con la ayuda de un profesional.
Nuestro pequeño supone un gran reto pero, a cambio, tiene muchísimo que ofrecer.
Es un diamante en bruto esperando a que por fin una familia que le demuestre que
el amor no tiene límites, porque Rocky de eso sí que entiende.
