STAN estaba en la calle abandonado junto a Ollie, otro podenco. Ambos andaban buscándose la vida juntos y en los huesos hasta que una compañera de la protectora los rescató y llevó al Refugio. Nadie los ha reclamado, nadie ha venido a buscarles, no llevan chip... la historia de siempre.
Stan es un dulzor, es tierno y cariñoso con las personas, un pelín tímido pero muy poco. Con otros perros se lleva bien, es sociable con hembras y con machos. Es muy joven, apenas tendrá un año y tiene toda la vida por delante para disfrutar de una familia.
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