Chico ha malvivido siempre encadenado a la intemperie en una finca, donde no podía hacer nada más que estar ahí, día y noche, en invierno y en verano... Una persona que pasaba por ahí a diario le veía y empezó a llevarle comida y a cuidarle, pero se enteró de que el dueño de la finca la vendía y quería deshacer de Chico. Entonces, empezó a buscar sin descanso cómo ayudar a Chico hasta que el caso llegó a una de nuestras voluntarias.
Y así, tras una vida de soledad y cautiverio, Chico al fin sabe lo que es sentirse querido y mimado cada día, lo que es moverse con libertad y ha aprendido que existe una diferencia abismal entre una cadena y una correa llamada «mundo».
Ahora ya solo le falta conocer lo que significa la palabra «hogar». ¿Serás tú quien se lo enseñe?