Está demostrado científicamente que convivir con animales ayuda a reducir los niveles de estrés y a disfrutar más de la vida. También ayuda a los niños a crecer más sanos y a respetar la vida animal.
Cuando adoptas, estás salvándole la vida a tu nueva mascota y a la que puede entrar a ocupar su lugar en la protectora.
Aunque muchas protectoras no piden ninguna donación, el importe de esta siempre será menor que los precios de un criador. Además, tu donación facilita la importante labor de estas organizaciones.