Max llegó procedente de Alcanar, vivía en una finca junto con otros perros y estaban abandonados y en muy mala situación, porque el propietario fue ingresado en hospital y la familia no se quiso hacer cargo de ellos. Iban a ser sacrificados pero unas personas intercedieron por ellos y pudimos acoger a Max y a Puça en nuestro refugio.
Max es un perro precioso, muy simpático, cariñoso y patilargo. En seguida se integrço en la vida del refugio porque es muy equilibrado y sociable con el resto de animales y con personas. Es muy juguetón y un leal seguidor.
Se merece encontrar un hogar en el que pueda dar todo el amor y simpatía que irradia. Si eliges a Max como compañero de vida, seguro que no te arrepentirás.