Ringo fue encontrado en la calle, nuestra sorpresa fue que tenía chip. Estuvimos días llamando a los teléfonos pero sin éxito.
Decidimos publicarlo en las redes sociales, para ver si de esa forma llegábamos a la familia, y así fue, pero su respuesta no fue la que esperábamos. Ellos mismos lo habían dejado en la calle, no lo querían y pensaban que cedérnoslo era la mejor opción.
Ahora buscamos para Ringo una familia que de verdad esté dispuesta a hacerlo feliz y que olvide todos los traumas por los que ha pasado.
Es muy buen perro, cariñoso, tranquilo y fiel. Se nota que ha vivido 10 años en una casa porque es limpio en la jaula, obediente y le encanta pasear con correa.
Con otros perros se lleva bien, al ser más mayor no piensa en pelear y no es excesivamente juguetón.
Con gatos es compatible, hemos comprobado que puede estar cerca de un gato sin ni siquiera darse cuenta.