La cara de Benito es triste...no conseguimos que se alegre y, en realidad, no es para menos.
Fue cedido por su propia familia, no sabemos el motivo, pero la vida del perro ha cambiado.
Por su carácter, pensamos que ha vivido en un campo, lejos del cariño de la gente, y libre, y ahora ha tenido que cambiar eso por vivir dentro de una jaula.
Llegó aquí junto a su amiga Camela y se alegra de seguir con ella.

Los primeros días aquí fueron horribles para él. No quería levantarse, ni comía ni bebía....Teníamos que darle paté con la mano para que comiese y nos costó conseguirlo.
Ahora mismo come pienso él solo pero su cara de tristeza y su depresión siguen ahí.

No juega con otros perros pero convive con ellos sin ningún problema, es un perro muy tranquilo y pasota.
Sale de la jaula y cuando toca entrar, intenta escapar para no tener que ser de nuevo enjaulado.

Los gatos parece que llaman su atención pero no creemos que vaya a hacerles nada. Pasea con corea bien aunque no le gusta y hay que tirar un poco de él.