Marlina llegó de la calle con muchisimo miedo, al principio era imposible tocarla.
Hemos conseguido tocarla pero sigue desconfiada, si te sientas tranquilamente y la acaricias ella disfruta y busca mas, pero si pasas a su lado y quieres tocarla se asusta.
Con los perros se lleva bien, es algo independiente.
Con la correa es curioso porque no se dejaba tocar pero al ver la correa se pone contenta y pasea muy bien.