Sansón es un abuelete tranquilo que lo único que pide es jubilarse en un buen hogar.
Cuando llegó estaba en muy malas condiciones, en una de sus patas traseras, y hasta la mitad de su cuerpo, presentaba una herida muy grande y de un color que no nos daba muy buena sensación.
Además, el perrito estaba asustado y un poco a la defensiva, tenía mucho dolor y no le hacia mucha gracia que le curasen.
Con el paso de los días comprendió que solo queríamos ayudar, y al encontrarse mejor, fue ganando confianza en nosotros. Ahora es un perrito bueno y cariñoso, al que le encantan las caricias y estar acostado.
Es un poco gruñoncete, por lo que quiere los mimos para él solo y lo mejor sería buscar una familia sin otros perros, o en caso de tener, que fuesen hembras.
Pasea bien con correa, se nota que lo ha hecho antes.