Estoy cieguita, pero eso no parece importar, estaba en la calle, desnutrida y enferma, pedía ayuda hasta que un día me dí por vencida, dejé de llorar y me tumbé a esperar mi muerte, pero a veces hay un ángel que llega a tiempo y ese fue mi caso.
Ahora estoy en LARA, donde me cuidan, me ayudan a recuperarme y buscan un hogar para mi.
Puedo hacer vida normal, igual que un gato con visibilidad completa, solo necesito una oportunidad
adopciones@asociacionlara.org