Llegué al refugio con mama y mi hermano, vivíamos en la calle, en un lugar donde los gatitos no eran queridos y nos envenenaban. Ya quedábamos muy pocos y nosotros eramos unos bebes. Nos salvaron de una muerte horrible y nos enviaron a Lara.
Aquí me están buscando un hogar para que pueda conocer el amor y olvidar todo lo que vi en la calle. Soy muy bueno con otros gatos y me gusta la compañía, con los humanos todavía me cuesta un poquito. Necesito una familia que tenga paciencia conmigo para aprender a confiar y dejar de asustarme.
¿Tienes una casita para mi?
Contacto: adopciones@asociacionlara.org