Kiko es un gatito jóven, dócil, cariñoso y adorable. Está castrado. Lo encontramos hace unos días, en el campo, hambriento, enfermo, casi a punto de fallecer. Es el típico caso de gato abandonado, que sufre intentando sobrevivir en la calle, hasta no poder más.
Por suerte, llegamos a tiempo, gracias al aviso de una voluntaria. Lo hemos llevado al veterinario y se está recuperando milagrosamente. Lo tenemos en una casa de acogida, de forma provisional, porque hay varios gatos y ya no pueden tener a más. Por eso, necesitamos una casa de acogida o mejor una adopción responsable para él.
Kiko no puede volver a la calle. Enfermaría de nuevo y su vida volvería a ser desgraciada y corta. Por favor, ayuda a Kiko y seguro que te dará tanta felicidad como nunca hubieras imaginado.
Muchas gracias.