SIDNEY vivía en una colonia en una gasolinera, y siempre fue sociable con las personas que alimentaban la colonia. Poco a poco, sus compañeros fueron desapareciendo y, temiendo un mal fin para ella, se rescató y pasó a una casa de acogida en la que se ha adaptado perfectamente a las caricias de las personas y a convivir con otros gatos.
Tiene aproximadamente 3 años y es positiva a inmunodeficiencia.