Shelly llegó al albergue junto a su mamá y sus hermanitos. Apenas tenían unos días de vida cuando los encontramos y han estado con nosotros hasta ahora.
Sus enormes ojos nos tienen cautivadas. Es muy bueno pero algo miedoso, le falta coger confianza con la gente ya que no han estado en contacto constante con humanos, pero en estar en una casa cambiará y será un mimosón.