Nilo llegó al albergue junto a su mamá y sus hermanitos. Apenas tenían unos días de vida cuando los encontramos y han estado con nosotros hasta ahora.
Sus enormes ojos nos tienen cautivadas. Es muy bueno y simpático, pero le falta coger confianza con la gente ya que no han estado en contacto constante con humanos. Le encanta meterse dentro del comedero para zamparse la comida desde dentro.