Blue fue recogido de la calle. Tenía muchas heridas en la piel y pulgas, pero comenzamos un tratamiento y ha mejorado mucho.
Es súper cariñoso, no creemos que sea un gato callejero, ha vivido en una casa. Cuando nos sentamos en la oficina, él viene corriendo para acostarse encima de nosotras y ronronear sin parar.
Cada vez es más compatible con perros. Los primeros días se erizaba cuando los veía, pero a base de convivir con ellos se está acostumbrando.